Foto procedente de : callejeros del puerto de X -Foto AsturiasVerde.com- |
El Ayuntamiento de una ciudad X está realizando en estos días un
ambicioso proyecto que consiste en la captura y exterminio de los gatos
del puerto. Penalizando con multas que pueden comportar hasta los 3000
euros en caso de que los infractores sean reincidentes,siempre y cuando
no tengan antecedentes penales, en tal caso irían directamente a la
cárcel.
Es de sobra conocido que la gente que alimenta a estos
animales habitualmente se dedica, entre otras ocupaciones como ir a por el pan, al tráfico de drojas. Son personas de caracter
violento e irascible y que a menudo se ven envueltas en reyertas multitudinarias donde es habitual el
empleo de armas blancas.
La "operación gatuna"
está destinada a desmantelar una red de narcotráfico al nivel internacional que conecta la droja colombiana con el puerto marinero. Los
ladrillos de coca procedentes de Colombia se transportan en lanchas dedicadas supuestatamente a la pesca
del chipirón. Los fardos de droja se colocan en el muelle junto a los
grandes felinos que custodian y salvaguardan la valiosa mercancía.
El gatero/a (que actua como camello) con
la tapadera de dar de comer a los gatos recoje la droja y las guarda en las bolsas de plástico de un conocido supermercado (Galimercka) para posteriormente envolverla alrededor de la cintura. Consiste en una delicada operación, ya que los gateros/as son personas de elevada edad y de movilidad reducida, que se realiza con alevosía y nocturnidad para evitar el cacheo del teniente Castle. La trama se realiza en horas televisivas de máxima audiencia durante la emisión del conocido programa El Tobogán.
Son frecuentes los apagones de luz, que se utilizan para comunicarse en clave los lancheros con los gateros/as, emitendo señales cortas facilmente entendibles por todo el pueblo ( un apagón largo, otro breve , uno corto, dos largos, uno breve) significa "No hay moros en la costa".
El modus operandi
consiste en meter la droga dentro de caramelos y repartir éstos a las
puertas del colegio o bien echar los narcóticos en vasos de coca kola en
las discotecas o en los tazones de cola cao en las residencias de ancianos.
En la imagen superior tenemos un gato camuflado en una caja de cartón que acaba de fumarse un cigarro a la espera de la droja.
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