viernes, 4 de noviembre de 2011
La Diógenes del Tomate
Hola me llamo Abigail y soy adicta al TOMATE¡ Perdonar que no de la cara, pero me avergüenzo de mí misma. Tengo miedo ponerme roja como un tomate.
Tranquila te comprendemos. Estamos para escucharte, perdona como dices que te llamas...
Tengo un problema y el primer paso para superlo es reconocerlo no?
Si desde luego, pero te equivocas, el primer paso es no haber caído en él, pero vamos a lo hecho pecho. Por favor continúa...
Llevo dos semanas sin echar ketchup a la comida.
(Aplausos)
Todo empezó un día que me dijeron que la gente interesante pedía zumo de tomate en el Bar. Yo siempre pedía trinaranjus, sinbur sinbur sinburbujas hasta que un día me dijeron que esa bebida era típica de la gente demasiado infantil. Como tengo un caracter bastante influenciable.
Por favor Abigail, te agradecería que el diagnóstico me lo dejarás a mí, ya que soy la profesional con mi triple titulación periodista-psicológa y deliniante.
Cuando te diste cuenta que tenías un problema con el tomate.
Eso me lo tendrás que decir tú a mí no?
A que te mando a Australia a capar canguros y de ahí al infierno. No me calientes, no me calientes ¡
Vale, vale relajate¡ Yo no me di cuenta de ello, pero en mi casa me preguntaron que cuantos kilos, botes y productos de tomate eran suficientes para mí. Les contesté que para mí nunca es suficiente. Compro tomate compulsivamente y luego lo tengo que regalar a los amigos porque no me da tiempo de consumirlo antes de que caduque. A veces he llegado a esconder botes de ketchup en la cisterna y ver Aqui hay tomate a escondidas.
Hablanoos de tu infancia y la relación con el tomate.
Mis amigos salían con una manzana o el clásico plátano para merendar yo salía con un tomate. Al principio no me gustaba pero quería llamar la atención, sé que es una hortaliza que no gusta a los niños, quizá quisé hacerme mayor antes de tiempo, algunos les da por fumar cigarrillos mentolados o por pintarse los labios. Yo comía un tomate a mordiscos.
Mi primera experiencia en la cocina fue traumática. Hice una salsa de tomate con 11 años sin los conocimientos necesarios, en una cocina de gas y sin la supervisión de un adulto. Cuando la sartén comenzó a arder ...
( Abigail comienza a verter copiosas lágrimas, los demás asistentes aplauden, serán cabrones ¡...)
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