Hoy os quiero acercar a un mundo mágico, especial, único y porque no decirlo, también algo trastorner.
Se trata de un lugar muy remonto de Polonia, Szymbark ( w Szymbarku- en Sinbarku).
¿Qué nos podemos encontar allí? Pues de todo un poco, como en un bazar chino, como en un todo a cien, o una tienda de los veinte duros, vamos pal caso patatas.
Una vez que entramos nos encontramos a vista de ave, una feria de muestras. Multitud de casas de madera de estilo kasubiano diseñadas por el más famoso carpintero arquitecto de la zona,más o menos el Joaquín Torres español.Algunas se pueden comprar, vender, algunas son casas museo,. También puedes coger folletines de multipropiedades que son gratis y por la compra de dos viviendas prefabricadas por módulos de madera te regalan las sartenes de Belén Esteban.
Otra de las características del pueblo polaco, es que preguntes lo que preguntes, siempre va a ser el edificio más alto de Europa, el puente más largo, el túnel más negro... etc. En este caso, sí pudimos comprobar que tienen la mesa más larga del mundo hecha de una sola pieza del tronco de un árbol.
En la construcción de la mesa, fotos lo atestiguan, participaron miembros de la élite política polaca y la créme de la créme de la sociedad polaca, que como diría alguien que yo conozco, la flor innata.
Allí, alrededor de la mesa, pudimos observar a un grupo de pequeños escolares, uniformados con una visera roja y una camiseta amarilla, atendiendo a las explicaciones de la profesora que apoyándose en diferentes recursos audiovisuales ( un micro y una tele) les contaba el proceso de fabricación. También a modo de exposición había carteles explicativos de diferentes tipos de árboles, madera y las fotos de los famosos serrando la pieza en dos.
Otra zona muy interesante del lugar es un museo al aire libre que recrea las duras condiciones de vida de los Gulag en los que vivieron los polacos exiliados a Siberia. También pudimos ver el tren, que los transportaba. El viaje duraba de de 1 a 3 meses. En un vagón se hacinaban por lo menos 50 personas, donde se encontraba una estufa y un agujero para ,speaking silver, cagar y mear.
Cerca del tren hay un anfiteatro de madera muy parecido al de Mérida, salvando las distancias, en el que se supone que se harán todo tipo de espectáculos y variedades.
Pero sin ánimo de ofender a nadie, la gente va (Sinbarku) a ver la "Casa patas arriba" . Es la gran atracción.Si queremos satisfacer nuestro morbo más primitivo de ver una mesa en el techo, la culpa de todo esto la tiene Mery Popins, hay que esperar nuestro turno. Aforo límitado 15 personas en cada viaje, así que tenemos una larga cola de espera, sí sí la más larga del mundo. Todo tiene sus ventajas, allí se encuentra la marabunta del parque con la que te puedes codear, literalmente.
Podemos encontarnos una excursión del inserso polaco, en la que los guías turisticos tienen prioridad de pase y los ancianos van con bolsas de plástico con restos del desayuno del buffet.del hotel. Hay tantas cosas que nos unen y tan pocas que nos diferencian. Una boda polaca, en la que la gente va medio boda gitana medio boda de noche de los ochenta, medio carnaval, medio nochevieja. En fin, ya haré un post de como acudir a una boda polaca.
Mi vida ha dado un giro de 360º al entrar en esa casa. No tuve esa sensación mareante, desde los días en los que me colocaba en el prau del Fin del mundo,dando vueltas como una imbécil sobre mí misma hasta caer de bruces en la hierba. Ingenua de mí, creí que eso era colocarse con hierba.
En fin, no saquemos a relucir trapos sucios de limpiar cristales.
En el interior de la casa hay cuerdas a modo de baranda para que no te caigas. Sí, está inclinada, pero yo no sé si es que ver en el techo un achislón rosa con unas cortinas rojas, una mesa de madera con un mantel de cuadros de Vichy, una cama con un edredón de raso color salmón y un sofá con tapetes de ganchillo hacen que tu cerebro intente buscar una perspectiva ante tal despropósito y te dé todo un cierto vaivén.Ah va¡ ah va¡ ay Babilonio que mareo¡ ay va¡ ay va
Eso sí risas las que quieras y más.
Sí no fuera poca diversión, también hay una especie de hipódromo para ponys, una cervecería que se convierte en un salón para bautizos, bodas y comuniones, en el que Richard Cleyderman toca el piano más grande del mundo. Y sí, te puedes encontrar hasta el mismo Lech Walesa, que muy amablemente posará contigo si te acabas el helado de cucurucho y nata. Que no es serio. Sí posas con Miki Mause, sí, pero con el expresidente de Polonia.
En fin es como la feria de Muestras pero sin bocata de calamares¡.
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