Alguna vez, todos nos hemos hecho esta pregunta ,sin obtener una respuesta clara o convincente. Los procesos de la creatividad humana, y la posibilidad de entenderlos y disfrutarlos resultan demasiado complejos para poderlos resumir en el rígido corsé que nos impone una definición.
Para mí, el arte es un sentimiento,una emoción. Partiendo de esta premisa, considero que el Ecce Homo de Doña Cecilia Giménez es una obra de arte.
En una primera impresión cuando ví las imágenes de la restauración del Ecce Homo mis sentimientos fueron encontrados. Clamé al cielo y no me oyó, grité "Visto lo Visto alabado sea Cristo"
Corrí hacia la cocina y me preparé un infurelax. Ya calmados mis ánimos, leí la noticia con detenimiento. La improvisada restauradora era una mujer octogenaria que había retocado una pintura al fresco del artísta anteriormente conocido como Elías García Martinez . El resultado de la restauración fue obra de la buena voluntad de la señora, sin lugar a duda, guiada por la mano de Dios, que todo él es amor.
Cecilia Giménez, anteriormente había realizado retoques en la túnica, suaves pinceladas bermejón que cubrían púdicamente el cuerpo de Cristo, Amén. Pero ante el total y más absoluto abandono y el grave deterioro de la obra, la mujer tomó lápiz y papel.
El aliento de los demás feligreses y los vítores del párroco, hicieron que la mujer se viniera arriba y las suaves y certeras pinceladas realizadas a la túnica acabaron poniendo la cara de Cristo como un Ecce Homo. Los trazos empastados y las pinceladas rápidas y gruesas han dotado al Cristo de barbiquejo, idóneo para pasar los rigores del invierno zaragozano.
Sin pensárselo dos veces , la mujer compró dos botes de pintura acrílica deTintalux en Sagasta y arregló el fresco y se quedó tan fresca. Y vaya que sí lo arregló. Su obra es conocida a nivel internacional, ha montado la de Dios es Cristo, ha revolucionado las redes sociales, ha habido multitud de réplicas, de las que destacaría "Ecce Paquirrín". Y hasta se ha creado una plataforma de recogida de firmas para conservar la restauración de Cecilia Giménez, que por supuesto he firmado.
La reacción en el mundo del arte no se hizo esperar |
" De entrada, no se trata de una señora cuya práctica artística sea casual o accidental. Sus amistades más allegadas han manifestado que “siempre ha tenido la pasión de la pintura, desde pequeña.” Cecilia ya ha hecho exposiciones en las que incluso ha vendido obra. En este sentido, no cabría decir que la obra de Doña Cecilia es mala, sino que responde a una interpretación personal del tema que presentaba originalmente la obra de García Martínez. Tanto da si ella era consciente o no de ello: la historia de la pintura moderna en el siglo XX nos da mil motivos para demostrar que no hace falta esa conciencia en la mente del artista." ( fuente: blog Soymenos)
Me ha inspirado ternura y creo, firmemente, que es una OBRA DE ARTE. Evidentemente, no por la perfección de la técnica sino porque es una obra de arte TRANSGRESORA, que rompe esquemas y provoca sentimientos.
En definitiva, el Cristo de Elías García Martinez no lo conocía ni Dios.
Desde aquí quiero mandar todo mi apoyo y cariño a Cecilia Giménez.